
Chillán, 21 de octubre de 2009.- Con la presencia del Director Nacional del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), Víctor Venegas Venegas, se dio inicio esta mañana en la ciudad de Chillán, a la segunda etapa de la campaña para el control y erradicación de la polilla del racimo de la vid, Lobesia botrana, donde se combatirán los focos del área urbana.
En conjunto, INIA Quilamapu y SAG, Servicios dependientes del Ministerio de Agricultura, elaboraron un programa con controladores biológicos de Lobesia botrana, los cuales fueron liberados en casas del sector urbano de la capital de la Provincia de Ñuble. "Nuestra tarea hoy es combatir los focos que se encuentran en las viviendas, ya que estos son una fuente potencial de reinfestación de los huertos que hoy ya tenemos controlados", señaló Venegas.
Este controlador biológico, llamado Trichogramma spp. (Hymenoptera: Trichogrammatidae), (parasitoide de huevos), será una herramienta de control o supresión de la plaga cuando ésta se encuentra presente en situaciones específicas, como son las áreas urbanas.
El Director Nacional, quien estuvo acompañado de los Directores Regionales de INIA Quilamapu, Isaac Maldonado Ibarra, y del SAG Bío Bío, Jaime Peña Cabezón, explicó que "el procedimiento se repetirá por un período cercano a 6 meses y se replicará en sectores específicos de las regiones Metropolitana y del Libertador Bernardo O’Higgins".
En una segunda fase del control urbano de esta plaga cuarentenaria se contempla la aplicación del control mecánico (eliminación de racimos) y/o la aplicación de productos químicos focalizados en los frutos de las parras entre las Regiones de Coquimbo y La Araucanía. "Respecto a la utilización de estos productos, es importante destacar que no revisten ningún peligro para la ciudadanía y que su aplicación será realizada por funcionarios/as del Servicio calificados para estos efectos, los cuales además informarán oportunamente a la ciudadanía con el objetivo de lograr el mayor impacto posible del Programa en las zonas establecidas", precisó Venegas.
Además destacó que "hasta hoy los resultados son positivos y nos señalan que vamos por una buena senda. Pero sabemos que nos queda un camino de varios años por recorrer y estoy seguro que lograremos como país una vez más, al igual como lo hemos hecho en otras oportunidades, mantener sana a nuestra agricultura".
Cabe recordar que después de la detección de la llamada polilla de la vid en abril del año 2008, se formó un Comité publico- privado para la erradicación y control de esta plaga, el cual en su primera etapa contempló los sectores rurales del país y logró en nueve meses de ejecución, identificar, notificar y realizar un trabajo satisfactorio respecto al control de la plaga. De una muestra de predios con detección previa de la plaga, arrojó que sobre el 95% no registró la presencia de ésta, mientras que el 5% restante registró una presencia de no más de 5% de los racimos totales. "Ha sido fundamental para esto, el trabajo que en conjunto hemos realizado con los pequeños y medianos empresarios de las zonas afectadas, lo cual ha permitido que el Programa sea altamente efectivo en su accionar", enfatizó el Director Nacional.
Como impactos positivos del Programa Nacional de Control, podemos destacar que a la fecha no se han registrados pérdidas o daño económico como consecuencia de la plaga. Además, los mercados que reciben uva chilena han mantenido sus fronteras abiertas, lo cual demuestra la efectividad de las medidas ejecutadas por el SAG.
Para el desarrollo de este Programa el SAG contó con un presupuesto el 2008 de más de $ 5.300 millones y para este año cuenta con $11.900 millones, lo cual representa uno de los mayores esfuerzos que realiza el SAG en materia de control y erradicación de plagas en el país.
El controlador biológico
La medida consiste en liberar parasitoides del género Trichogramma, altamente efectivos contra huevos de lepidópteros como, por ejemplo, las polillas del tomate, de la manzana, el gusano del choclo y la polilla de la vid.
Se trata de diminutas avispas, de aproximadamente 0,3 milímetros de largo, que buscan huevos donde colocar los propios. Estos insectos parasitan y depredan a su hospedero, alimentándose de la masa vitelina de los huevos, para finalmente causarles la muerte.
La utilización de Trichogramma en el control de plagas permite disminuir el uso de insecticidas, favoreciendo el equilibrio natural entre insectos plaga y sus enemigos naturales, junto con ser una estrategia amistosa con el medioambiente. Concientes de estos beneficios, el Centro Tecnológico de Control Biológico (CTCB) de INIA Quilamapu, ha desarrollado por años la tecnología que permita masificar estos parasitoides. Para esto cuenta con una bio-fábrica que semanalmente produce 5 kilos de huevos, que equivalen a 200 millones de unidades semanales y que el Centro entrega a otras Instituciones y empresas privadas, para promover el uso del control biológico por sobre los métodos químicos.