Un positivo balance realizó el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, sobre el “Plan de Prevención y Vigilancia Adicional de Influenza Aviar para la Temporada de Migración de Aves 2025-2026”, que actualmente se ejecuta en todo el país, insistiendo en la importancia de no bajar la guardia y de reforzar al máximo las medidas de bioseguridad, especialmente en esta época de migración de aves, uno de los principales riesgos de introducción de la enfermedad en Chile. Todo este esfuerzo preventivo se desarrolla en coordinación con el Ministerio de Salud, SERNAPESCA y SENAPRED, fortaleciendo la detección temprana y la capacidad de respuesta frente a cualquier sospecha de influenza aviar.
A la fecha, el SAG mantiene vigilancia zoosanitaria activa en todo el territorio nacional y no se han detectado aves positivas a influenza aviar, conservando el estatus sanitario de país libre desde agosto de 2023. Esto, pese a los brotes registrados recientemente en otros países de Sudamérica, como Perú, Brasil y Argentina.
Chile enfrentó un brote de influenza aviar altamente patógena (H5N1) entre 2022 y 2023, que afectó a 52 especies de aves silvestres, con 102.586 ejemplares muertos, y a aves de traspatio en 175 predios, donde 17.826 aves fueron afectadas. Asimismo, se registraron contagios en 12 planteles comerciales, que implicaron la pérdida de 1.479.433 aves. El brote tuvo alcance nacional, abarcando a todas las regiones del país, en cinco zonas agroclimáticas, 41 provincias y 139 comunas.
Plan de vigilancia adicional
El Plan de Prevención y Vigilancia Adicional del SAG se sustenta en cinco pilares. El primero es el fortalecimiento de la vigilancia epidemiológica, fundamental para la detección temprana y el control oportuno del virus. Esto considera la ampliación del monitoreo en aves domésticas, silvestres y otros animales susceptibles; la caracterización de zonas de riesgo; la coordinación con centros de rescate; y la actualización permanente de información sobre migración de aves, acciones que permiten anticipar y mitigar el riesgo de introducción del virus en el país.
Un segundo pilar es la bioseguridad, considerada la principal barrera para evitar la introducción y propagación del virus en aves domésticas. Para ello, el SAG está fortaleciendo las capacidades técnicas del sector avícola mediante la actualización de pautas y procedimientos, el desarrollo de programas de capacitación y la difusión continua de medidas preventivas, promoviendo una cultura sanitaria sólida en todos los niveles del sistema productivo.
Además, el plan refuerza el Sistema de Emergencia del Servicio, actualizando planes de contingencia, lineamientos, procedimientos e inventarios para asegurar una respuesta rápida y coordinada ante un eventual brote. A esto se suma el fortalecimiento de la capacidad diagnóstica nacional, mediante la ampliación y estandarización de los laboratorios oficiales, universitarios y privados, y la integración de resultados y criterios de secuenciamiento genómico que garantizan diagnósticos trazables y de alta calidad. Finalmente, la coordinación y comunicación resultan fundamentales y son pilares transversales en la estrategia zoosanitaria frente a la IA.
Con estas acciones, el SAG está desplegando un trabajo reforzado en terreno, considerando que la temporada de migración de aves se encuentra activa y representa el período de mayor riesgo sanitario.
Es por eso que el Servicio reitera el llamado a la ciudadanía y al sector productivo a mantener la vigilancia y reportar oportunamente cualquier hallazgo de aves enfermas o muertas, fortaleciendo el trabajo conjunto para proteger la sanidad animal, el medio ambiente y la seguridad alimentaria del país.